Cuando
me preguntan por mis vacaciones de este verano siempre respondo que estuve en
otro mundo. Poder vivir una cultura tan diferente a la nuestra como es la china
ha sido una experiencia increíble. Del viaje os podría contar mil impresiones y
sensaciones, pero sin duda lo mejor es vivirlo en primera persona. Aún así me
gustaría acercaros un poquito más ese país con algunas de las imágenes que
tomé.
Nuestra
primera parada en China, tras muchas horas de vuelos, fue Beijing (Pekín) y
directamente fuimos a callejear por la ciudad para sentir de verdad la cultura.
Nuestra primera impresión, aunque algo esperada, es que es un país donde vivir
es extremadamente perjudicial para la salud debido a la alta contaminación que
existe. Te duelen los ojos, la garganta pica, la piel se percibe dañada… Es
algo que todos sabemos que existe pero sentirlo es muy diferente. De verdad que
vine preocupada por ello.
En
segundo lugar, China es enorme. Las distancias del mapa en la vida real son
inmensas, pero si quieres descubrirlo todo yo te animo a que siempre callejees
por los lugares a los que vayas. También me pareció una ciudad de contrastes
porque pasas de ver escenas de pobreza en un lateral de la calle a todo lo
contrario en la acera de enfrente. Realmente llamativo que convivan ambos
extremos juntos.
Otro
aspecto que indudablemente nos llamó la atención de Beiing es el tráfico.
Verdaderamente es una locura atreverte a cruzar una calle, incluso si hay un
semáforo a tu favor. Allí no se respeta ninguna señal y puedes encontrarte en
medio de un cruce parado, con coches pitando intentando ir en dirección
contraria… y no pasar nada. Ya cuando vimos que ir por la autovía en dirección
contraria era “normal”, ya lo vimos todo… Tienes que ser un valiente a nivel
conducción!
De
primeras os he contado aspectos que nos llamaron la atención y que, a simple
vista, pueden parecer “extraños”, pero forman parte de su vida, de su estilo de
vivir y eso es lo que me gusta de viajar, que aprendes tanto de otras culturas,
ya sea para bien como para mal.
Pero
ahora os voy a ir enseñando algunos de los lugares que visitamos. No podréis
ver todos porque, además de tener millones y millones de fotografías, no en
todas estoy sola, pero espero que con algunas de las escenas que hoy os muestro
os hagáis una idea de cómo es Beijing.
El
primer día, después de que nuestra guía local nos dejara en el impresionante
hotel, nos fuimos solos por la ciudad. Solos y con una barrera idiomática a
nuestras espaldas, ya que allí sólo hablan chino. El inglés no te servirá de
nada y los gestos son diferentes a los nuestros. Conseguimos llegar a uno de
los monumentos que no incluía nuestro viaje: las Torres del Tambor y de la Campana, importantes en la cultura china
porque durante la Dinastía Han hacían de relojes anunciando el amanecer con una
campana y el anochecer con un tambor.
El
viaje había sido muy largo y llevábamos más de un día sin dormir, a lo que
había que añadir la gran caminata que nos pegamos al llegar, así que únicamente
visitamos una de las calles más conocidas con puestos de comida (el mercado nocturno de Wangfujing) y
volvimos al hotel a descansar porque al día siguiente a las 6 empezaba nuestra
aventura ya guiada.
La
primera visita que hicimos en el segundo día fue a la Ciudad Prohibida, lugar desde donde gobernaban los emperadores. Está
situada en la Plaza de Tian’anmen,
la más grande del mundo y donde también se encuentra el Mausoleo de Mao Zedong,
fundador de la República Popular China. Muchos turistas chinos, equipados con
sus sombrillas/paraguas para que no les diera ni un ápice de sol, hacían
inmensas colas para ver el cuerpo embalsamado del líder comunista, pero
nosotros nos dirigimos directamente hacia la Ciudad Prohibida.
Una
vez entramos por la puerta de Tian'anmen,
conocida como La Puerta de la Paz Celestial, te vas encontrando patios y
pabellones constantemente, donde se celebraban las ceremonias oficiales, así
como unos preciosos jardines y residencias menores donde vivían las concubinas
(siempre nos hablaban de las concubinas).
En
total la Ciudad Prohibida consta de 9.999 estancias, llevando al extremo lo que
ellos llaman “armonía numérica” basada en los números impares, en especial el
9.
Algo
característico de los monumentos chinos es encontrar dos leones en las
entradas. El que tiene una pelota bajo sus pies es el león macho y la que tiene
un cachorro es la leona y ambos son los guardianes de los edificios.
Fuera
de lo previsto en el planning original nos llevaron a la “ceremonia del té”. Allí es muy importante el consumo de té.
Prácticamente todos van con una cantimplora que parece que no tiene fin porque
siempre está rellena… Como amante del té, fue un momento que me encantó. Pero
no sólo a mi, si no también a mis acompañantes que no son nada teteros. Tanto nos
gustó que nos gastamos unos 700 yuanes en té y tazas (mejor no os digo la
conversión a euros… jeje). Pero es que verdaderamente saben muy diferentes a
los que consumimos aquí. Probamos mil tipos y estaban todos riquísimos. Lo malo
es que yo no sé llevar a cabo los pasos que nos explicaron, ni tengo el
material apropiado y no saben ni la mitad de ricos que como nos lo prepararon
allí.
Como
curiosidad también os comento que nos llevaron a un espectáculo acrobático que estuvo bastante entretenido y a cenar pato laqueado, entre otros platos
tradicionales chinos. A mí me gustó pero es algo difícil comer con palillos… Y
los cubiertos brillan por su ausencia en algunos restaurantes. Sobre la comida
deciros que no hay gran variedad. En los buffets libres o restaurantes chinos de España nos ofrecen
infinidad de más platos que allí. Y lo cierto es que la comida no nos sentaba
muy bien. La prueba es que yo he padecido una infección intestinal tras venir
del viaje a China, entre otras infecciones que me he traído también de recuerdo
de allí. Y por si os lo preguntáis, sí, hay puestos de comida donde ofrecen
insectos para comer (unas fotos más arriba tenéis la prueba).
Ese
día fue intenso, porque también pudimos ir al precioso Templo del Cielo, una especie de “altar” donde el emperador de la
dinastía Ming realizaba sacrificios para dar las gracias al cielo por las
cosechas obtenidas y rogaba por las futuras. Asimismo era un templo donde iban
a realizar ofrendas al emperador. Personalmente fue uno de los lugares que más
me gustó de Beijing.
El
siguiente día lo recuerdo como el más duro de mi estancia en Pekín, ya que con
un intenso calor tuvimos que subir parte de la inmesa Muralla China. Pero antes
hicimos un par de paradas por el camino para ver el “Nido de Pájaros” y el “Cubo de Agua” de las Olimpiadas celebradas en
Beijing en el año 2008 (decepcionante porque lo vimos muy a lo lejos) y
para conocer cómo es un taller de cloisonné
por dentro, una técnica que va más allá de la conocida porcelana china y que
tiene un trabajo de orfebrería impresionante.
Después
ya sí llegamos a la Gran Muralla China.
Y durante dos horas pudimos “sufrir” lo que es ascender esos peldaños
irregulares que tiene, algunos verdaderamente altos. No diré quienes, pero por
el camino perdí a alguno de mis acompañantes que no pudo soportar más las altas
temperaturas ni la dureza de la ascensión. Aún así, haber podido estar allí ya nos
hace “hombres hechos y derechos” como reza una frase con la que comienza la
subida. No obstante, os diré que las vistas no me parecieron nada del otro
mundo. Apenas se ve parte de la muralla (también debido a la contaminación)
pero es impresionante imaginar desde sus alturas que esta Maravilla del Mundo
tiene más de 8.000 kilómetros de longitud.
El
último punto del día fue el alucinante Palacio
de Verano. ¡Qué lugar tan bonito! Fue el jardín imperial de varias
dinastías y donde solían pasar el verano huyendo del calor estival. Es un
rincón muy especial porque cuenta con un lago (Lago Kunming) que pudimos
atravesar en barco y gracias al cual nos acercamos a ver el “Puente de los 17
ojos”, que en realidad tiene 16 pero al central lo consideran como dos. Ese
lago en invierno se convierte en hielo y los chinos van allí a patinar. Debe
ser precioso verlo enmarcado en ese conjunto paisajístico.
Pero
también allí podemos contemplar templos, palacios, jardines, galerías de arte…
De hecho es muy curioso porque hay una especie de corredor o soportal de más de
700 metros que está completamente decorado en la parte superior con más de
14.000 pinturas con escenas de la historia de China y, en especial, del sur de
China ya que era el lugar favorito del emperador. Todo pintado a mano. Se
convierte así en la mayor galería de pinturas del mundo.
Al
día siguiente ya poníamos rumbo a Xian en el famoso “tren bala”, aunque antes
pudimos pasear por algunos de los parques de la ciudad, donde efectivamente
encuentras a los locales bailando, haciendo tai chi, leyendo, jugando… esta
parte de su cultura es envidiable, sin duda.
En
Beijing es quizá donde nos sentimos más especiales como extranjeros, ya que les
llamamos muchísimo la atención, en especial mi novio, que tenía un éxito
increíble (quizá porque tiene los ojos grandes y almendrados). Nos paraban por
la calle para hacerse fotos con nosotros y mostrarlas después como trofeos a
sus familiares. Te señalaban como si fueras un famoso... Ver sus caras de alucine por ver en persona alguien tan diferente a ellos me divertía mucho y me resultaba muy curioso a
la vez. Pero es que muchos de ellos son chinos de zonas menos turísticas que Pekín y jamás han visto ni se pueden imaginar que haya gente con rasgos diferentes. Verdaderamente llamativo.
Guardo
increíbles momentos de estos primeros días en China, pero aún quedaba mucho
viaje por delante y muy diferente a lo visto en Beijing. Así que espero que os
haya gustado esta sección y que me acompañéis próximamente en nuevos capítulos
en Xian y Shanghai.
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resultar interesante.
guau! ha tenido que ser increible! me encantan las fotos :)
ResponderEliminarUn viaje único!
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarQué guay! Tiene pinta de ser un viaje increíble, y las fotos son geniales. Tiene pinta de ser una ciudad muy bonita.
Un besote
Eva
Del rimmel al pintalabios
El viaje de mi vida, sin duda!
EliminarComo dices, sin duda ha debido ser una experiencia personal increíble, aparte de todo lo que una ve y visita. El momento "estamos solos y sin idioma", las (no) barreras entre pobreza y riqueza,el hecho de que llamarais tanto la atención...un viaje inolvidable. Seguiré leyéndolo, mira que el post no es corto y me has dejado con ganas de más porque es un tema muy interesante.
ResponderEliminarUn besazo!
temía que os quedarais a la mitad del post así que lo he resumido al máximo, aunque he tenido que dejarme mil vivencias e imágenes jeje. Pero me alegro que te haya resultado interesante!
EliminarMuy interesante todo lo que cuentas.
ResponderEliminarEspero que estés ya recuperada. Vaya faena lo de las infecciones.
Besos!
fue un viaje interesantísimo y muy recomendado! De mis infecciones ahí voy... algunas sí, otras no, pero ha merecido la pena incluso viniendo así jeje
EliminarQue preciosidad.. la verdad que tiene que ser alucinante.. Me encanta todo lo que nos enseñas. Besos.
ResponderEliminarme alegro que te haya gustado que haya compartido mi viaje!
EliminarTe lo habrás pasado fenomenaaal
ResponderEliminarBesos!
El Tocador de Mia.
puedes imaginártelo jeje
Eliminarqué pasada, es tan diferente y tan especial. Espero que disfrutarais mucho. Un besito
ResponderEliminares lo que me gusta de viajar tan lejos, que todo es tan diferente a lo nuestro... Disfruté mucho! besitos
EliminarHola! ya estoy aquí de nuevo tras la pausa veraniega...
ResponderEliminarUn viaje impresionante, tan distinto a lo que conocemos, una gran experiencia.
Y las fotos preciosas!
Un beso! :))
muy diferente. si viajas por Europa no notas gran cambio pero ya cambiar de continente...
EliminarEn general creo que chocamos mucho allí ¿no? tanto en China, como en Tailandia, etc, veo que es normal que la gente se quiera hacer fotos por la calle, jaja. Mi cuñado estuvo por trabajo el Beijing y da fe del caos que es el tráfico, tu vuelves encantada, él dijo que no volvería más.
ResponderEliminar¡Un besote!
claro, igual no es lo mismo ir cuatro días de turisteo que ir a trabajar, con las barreras que hay por allí. Pero para mí es un viaje que repetiría sin dudarlo!
EliminarYo te tengo una envidia que no te puedes imaginar!! tengo muchas ganas de ir a china y ahora mismo me acaban de dar mas ganas
ResponderEliminarpues si te lo puedes permitir no lo dudes!
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