sábado, 10 de septiembre de 2016

MIS VACACIONES EN CHINA: BEIJING


Cuando me preguntan por mis vacaciones de este verano siempre respondo que estuve en otro mundo. Poder vivir una cultura tan diferente a la nuestra como es la china ha sido una experiencia increíble. Del viaje os podría contar mil impresiones y sensaciones, pero sin duda lo mejor es vivirlo en primera persona. Aún así me gustaría acercaros un poquito más ese país con algunas de las imágenes que tomé.


Nuestra primera parada en China, tras muchas horas de vuelos, fue Beijing (Pekín) y directamente fuimos a callejear por la ciudad para sentir de verdad la cultura. Nuestra primera impresión, aunque algo esperada, es que es un país donde vivir es extremadamente perjudicial para la salud debido a la alta contaminación que existe. Te duelen los ojos, la garganta pica, la piel se percibe dañada… Es algo que todos sabemos que existe pero sentirlo es muy diferente. De verdad que vine preocupada por ello.

En segundo lugar, China es enorme. Las distancias del mapa en la vida real son inmensas, pero si quieres descubrirlo todo yo te animo a que siempre callejees por los lugares a los que vayas. También me pareció una ciudad de contrastes porque pasas de ver escenas de pobreza en un lateral de la calle a todo lo contrario en la acera de enfrente. Realmente llamativo que convivan ambos extremos juntos.

Otro aspecto que indudablemente nos llamó la atención de Beiing es el tráfico. Verdaderamente es una locura atreverte a cruzar una calle, incluso si hay un semáforo a tu favor. Allí no se respeta ninguna señal y puedes encontrarte en medio de un cruce parado, con coches pitando intentando ir en dirección contraria… y no pasar nada. Ya cuando vimos que ir por la autovía en dirección contraria era “normal”, ya lo vimos todo… Tienes que ser un valiente a nivel conducción!


De primeras os he contado aspectos que nos llamaron la atención y que, a simple vista, pueden parecer “extraños”, pero forman parte de su vida, de su estilo de vivir y eso es lo que me gusta de viajar, que aprendes tanto de otras culturas, ya sea para bien como para mal.

Pero ahora os voy a ir enseñando algunos de los lugares que visitamos. No podréis ver todos porque, además de tener millones y millones de fotografías, no en todas estoy sola, pero espero que con algunas de las escenas que hoy os muestro os hagáis una idea de cómo es Beijing.


El primer día, después de que nuestra guía local nos dejara en el impresionante hotel, nos fuimos solos por la ciudad. Solos y con una barrera idiomática a nuestras espaldas, ya que allí sólo hablan chino. El inglés no te servirá de nada y los gestos son diferentes a los nuestros. Conseguimos llegar a uno de los monumentos que no incluía nuestro viaje: las Torres del Tambor y de la Campana, importantes en la cultura china porque durante la Dinastía Han hacían de relojes anunciando el amanecer con una campana y el anochecer con un tambor.

El viaje había sido muy largo y llevábamos más de un día sin dormir, a lo que había que añadir la gran caminata que nos pegamos al llegar, así que únicamente visitamos una de las calles más conocidas con puestos de comida (el mercado nocturno de Wangfujing) y volvimos al hotel a descansar porque al día siguiente a las 6 empezaba nuestra aventura ya guiada.


La primera visita que hicimos en el segundo día fue a la Ciudad Prohibida, lugar desde donde gobernaban los emperadores. Está situada en la Plaza de Tian’anmen, la más grande del mundo y donde también se encuentra el Mausoleo de Mao Zedong, fundador de la República Popular China. Muchos turistas chinos, equipados con sus sombrillas/paraguas para que no les diera ni un ápice de sol, hacían inmensas colas para ver el cuerpo embalsamado del líder comunista, pero nosotros nos dirigimos directamente hacia la Ciudad Prohibida.



Una vez entramos por la puerta de Tian'anmen, conocida como La Puerta de la Paz Celestial, te vas encontrando patios y pabellones constantemente, donde se celebraban las ceremonias oficiales, así como unos preciosos jardines y residencias menores donde vivían las concubinas (siempre nos hablaban de las concubinas).

En total la Ciudad Prohibida consta de 9.999 estancias, llevando al extremo lo que ellos llaman “armonía numérica” basada en los números impares, en especial el 9.


Algo característico de los monumentos chinos es encontrar dos leones en las entradas. El que tiene una pelota bajo sus pies es el león macho y la que tiene un cachorro es la leona y ambos son los guardianes de los edificios.


Fuera de lo previsto en el planning original nos llevaron a la “ceremonia del té”. Allí es muy importante el consumo de té. Prácticamente todos van con una cantimplora que parece que no tiene fin porque siempre está rellena… Como amante del té, fue un momento que me encantó. Pero no sólo a mi, si no también a mis acompañantes que no son nada teteros. Tanto nos gustó que nos gastamos unos 700 yuanes en té y tazas (mejor no os digo la conversión a euros… jeje). Pero es que verdaderamente saben muy diferentes a los que consumimos aquí. Probamos mil tipos y estaban todos riquísimos. Lo malo es que yo no sé llevar a cabo los pasos que nos explicaron, ni tengo el material apropiado y no saben ni la mitad de ricos que como nos lo prepararon allí.

Como curiosidad también os comento que nos llevaron a un espectáculo acrobático que estuvo bastante entretenido y a cenar pato laqueado, entre otros platos tradicionales chinos. A mí me gustó pero es algo difícil comer con palillos… Y los cubiertos brillan por su ausencia en algunos restaurantes. Sobre la comida deciros que no hay gran variedad. En los buffets libres o restaurantes chinos de España nos ofrecen infinidad de más platos que allí. Y lo cierto es que la comida no nos sentaba muy bien. La prueba es que yo he padecido una infección intestinal tras venir del viaje a China, entre otras infecciones que me he traído también de recuerdo de allí. Y por si os lo preguntáis, sí, hay puestos de comida donde ofrecen insectos para comer (unas fotos más arriba tenéis la prueba).


Ese día fue intenso, porque también pudimos ir al precioso Templo del Cielo, una especie de “altar” donde el emperador de la dinastía Ming realizaba sacrificios para dar las gracias al cielo por las cosechas obtenidas y rogaba por las futuras. Asimismo era un templo donde iban a realizar ofrendas al emperador. Personalmente fue uno de los lugares que más me gustó de Beijing.


El siguiente día lo recuerdo como el más duro de mi estancia en Pekín, ya que con un intenso calor tuvimos que subir parte de la inmesa Muralla China. Pero antes hicimos un par de paradas por el camino para ver el “Nido de Pájaros” y el “Cubo de Agua” de las Olimpiadas celebradas en Beijing en el año 2008 (decepcionante porque lo vimos muy a lo lejos) y para conocer cómo es un taller de cloisonné por dentro, una técnica que va más allá de la conocida porcelana china y que tiene un trabajo de orfebrería impresionante.


Después ya sí llegamos a la Gran Muralla China. Y durante dos horas pudimos “sufrir” lo que es ascender esos peldaños irregulares que tiene, algunos verdaderamente altos. No diré quienes, pero por el camino perdí a alguno de mis acompañantes que no pudo soportar más las altas temperaturas ni la dureza de la ascensión. Aún así, haber podido estar allí ya nos hace “hombres hechos y derechos” como reza una frase con la que comienza la subida. No obstante, os diré que las vistas no me parecieron nada del otro mundo. Apenas se ve parte de la muralla (también debido a la contaminación) pero es impresionante imaginar desde sus alturas que esta Maravilla del Mundo tiene más de 8.000 kilómetros de longitud.


El último punto del día fue el alucinante Palacio de Verano. ¡Qué lugar tan bonito! Fue el jardín imperial de varias dinastías y donde solían pasar el verano huyendo del calor estival. Es un rincón muy especial porque cuenta con un lago (Lago Kunming) que pudimos atravesar en barco y gracias al cual nos acercamos a ver el “Puente de los 17 ojos”, que en realidad tiene 16 pero al central lo consideran como dos. Ese lago en invierno se convierte en hielo y los chinos van allí a patinar. Debe ser precioso verlo enmarcado en ese conjunto paisajístico.


Pero también allí podemos contemplar templos, palacios, jardines, galerías de arte… De hecho es muy curioso porque hay una especie de corredor o soportal de más de 700 metros que está completamente decorado en la parte superior con más de 14.000 pinturas con escenas de la historia de China y, en especial, del sur de China ya que era el lugar favorito del emperador. Todo pintado a mano. Se convierte así en la mayor galería de pinturas del mundo.


Al día siguiente ya poníamos rumbo a Xian en el famoso “tren bala”, aunque antes pudimos pasear por algunos de los parques de la ciudad, donde efectivamente encuentras a los locales bailando, haciendo tai chi, leyendo, jugando… esta parte de su cultura es envidiable, sin duda.

En Beijing es quizá donde nos sentimos más especiales como extranjeros, ya que les llamamos muchísimo la atención, en especial mi novio, que tenía un éxito increíble (quizá porque tiene los ojos grandes y almendrados). Nos paraban por la calle para hacerse fotos con nosotros y mostrarlas después como trofeos a sus familiares. Te señalaban como si fueras un famoso... Ver sus caras de alucine por ver en persona alguien tan diferente a ellos me divertía mucho y me resultaba muy curioso a la vez. Pero es que muchos de ellos son chinos de zonas menos turísticas que Pekín y jamás han visto ni se pueden imaginar que haya gente con rasgos diferentes. Verdaderamente llamativo. 


Guardo increíbles momentos de estos primeros días en China, pero aún quedaba mucho viaje por delante y muy diferente a lo visto en Beijing. Así que espero que os haya gustado esta sección y que me acompañéis próximamente en nuevos capítulos en Xian y Shanghai.

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20 comentarios:

  1. guau! ha tenido que ser increible! me encantan las fotos :)

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  2. ¡Hola!

    Qué guay! Tiene pinta de ser un viaje increíble, y las fotos son geniales. Tiene pinta de ser una ciudad muy bonita.

    Un besote
    Eva
    Del rimmel al pintalabios

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  3. Como dices, sin duda ha debido ser una experiencia personal increíble, aparte de todo lo que una ve y visita. El momento "estamos solos y sin idioma", las (no) barreras entre pobreza y riqueza,el hecho de que llamarais tanto la atención...un viaje inolvidable. Seguiré leyéndolo, mira que el post no es corto y me has dejado con ganas de más porque es un tema muy interesante.
    Un besazo!

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    1. temía que os quedarais a la mitad del post así que lo he resumido al máximo, aunque he tenido que dejarme mil vivencias e imágenes jeje. Pero me alegro que te haya resultado interesante!

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  4. Muy interesante todo lo que cuentas.
    Espero que estés ya recuperada. Vaya faena lo de las infecciones.
    Besos!

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    1. fue un viaje interesantísimo y muy recomendado! De mis infecciones ahí voy... algunas sí, otras no, pero ha merecido la pena incluso viniendo así jeje

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  5. Que preciosidad.. la verdad que tiene que ser alucinante.. Me encanta todo lo que nos enseñas. Besos.

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    1. me alegro que te haya gustado que haya compartido mi viaje!

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  6. Te lo habrás pasado fenomenaaal
    Besos!
    El Tocador de Mia.

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  7. qué pasada, es tan diferente y tan especial. Espero que disfrutarais mucho. Un besito

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    1. es lo que me gusta de viajar tan lejos, que todo es tan diferente a lo nuestro... Disfruté mucho! besitos

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  8. Hola! ya estoy aquí de nuevo tras la pausa veraniega...
    Un viaje impresionante, tan distinto a lo que conocemos, una gran experiencia.
    Y las fotos preciosas!
    Un beso! :))

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    1. muy diferente. si viajas por Europa no notas gran cambio pero ya cambiar de continente...

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  9. En general creo que chocamos mucho allí ¿no? tanto en China, como en Tailandia, etc, veo que es normal que la gente se quiera hacer fotos por la calle, jaja. Mi cuñado estuvo por trabajo el Beijing y da fe del caos que es el tráfico, tu vuelves encantada, él dijo que no volvería más.

    ¡Un besote!

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    1. claro, igual no es lo mismo ir cuatro días de turisteo que ir a trabajar, con las barreras que hay por allí. Pero para mí es un viaje que repetiría sin dudarlo!

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  10. Yo te tengo una envidia que no te puedes imaginar!! tengo muchas ganas de ir a china y ahora mismo me acaban de dar mas ganas

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