Después de ver para qué servían
los primers o prebases para el rostro en el post anterior de la Guía Básica de Maquillaje, el segundo
paso para mí sería aplicar los precorrectores o correctores, aunque en el caso
de estos últimos es cierto que podríamos aplicarlos también después de la base
de maquillaje.
Llamaríamos precorrectores a aquellos productos que nos sirven para cubrir,
disimular y ocultar posibles imperfecciones que tenemos en nuestro rostro y
que, quizá, si los aplicáramos después de la base de maquillaje no
conseguiríamos el mismo efecto ni tendrían tanta eficacia.
Junto a los habituales tonos “piel”
podemos encontrar precorrectores en otras tonalidades, como por ejemplo verdes, que nos sirven para
contrarrestar las rojeces de nuestra piel de granitos, cicatrices, venas... En
especial esta tonalidad se usa para camuflar los granitos que tienen un tono
rojizo. Obviamente el volumen no se puede disimular, pero el color sí podemos
hacerlo gracias a esta tonalidad contraria al rojo. Y lo llamamos precorrector
porque lo usamos antes de la base, ya que si lo aplicamos encima de ésta se
vería ese color verdoso y no quedaría bien. Sin embargo, si ponemos un poco de
precorrector verde en las rojeces, bien difuminado, y después nos maquillamos
con nuestra base de maquillaje encima, la tonalidad verde y la roja quedan
completamente camufladas.
Los tonos beige, por su parte, nos ayudan a cubrir ojeras sin tonalidades
extremas y a unificar el tono de nuestra piel, mientras que los tonos más amarillentos lo que hacen es cancelar el color morado o
lila que también pueden tener ciertas ojeras.
Los precorrectores o correctores naranjas o color salmón sirven principalmente para camuflar también ojeras pero en
tonalidades más azuladas o grisáceas.
Y también podemos encontrar en el
mercado precorrectores en tono lila
que nos camuflan las imperfecciones amarillas o marrones de nuestra piel.
Las texturas y formatos en los correctores son muy diversos. A lo largo
de este post os voy mostrando algunas de las que yo tengo, como pueden ser en
crema, en barra, en stick, en polvo, en mousse, en formato cushion… Aunque mi
favorita es en líquido porque es el que me resulta más cómodo de trabajar.
La aplicación dependerá del formato elegido, pero o bien lo aplicamos
directamente desde el producto si es en formato líquido (ya que suele venir con
un aplicador incorporado), o en stick o en cushion, por ejemplo, o bien nos ayudamos
de un pincel pequeño, preferiblemente de pelo sintético, y vamos aplicando
únicamente en aquellas zonas que necesitemos cubrir. Podemos difuminarlo después
con el propio pincel o si no con la yema del dedo lograremos que se funda muy
bien en la piel hasta que no sea perceptible gracias al calor corporal que
desprende nuestra propia piel.
Para granitos me suelen gustar
los pinceles de lengua de gato pequeños que me dan precisión a la hora de
depositar el precorrector verde justo en la zona que quiero. Pero si quiero
aplicar un corrector en la zona de la ojera sin duda os recomiendo los pinceles
de pelo sintético más tupidos, ya que ayudan a fundir genial el producto en
nuestra piel. Para la ojera me encantan los biselados porque se adaptan muy
bien a esa zona.
Estos precorrectores con color
(verde, naranja, lila, salmón…) los aplicaríamos, como os he comentado, antes
de la base de maquillaje para que no se noten en nuestro rostro, pero también
encontramos correctores del tono de nuestra piel, preferiblemente un tono por
debajo de nuestro color, que podríamos aplicar como paso posterior a la base de
maquillaje y que nos ayudan a iluminar
la zona de la ojera y dar un aspecto de mirada más despierta. Es un paso
que os recomiendo mucho que probéis porque se nota mucha diferencia. Eso sí,
buscad un tono algo más claro, no excesivo, para lograr ese efecto.
Como veis tenemos muchos
productos que nos ayudan a disimular nuestras imperfecciones del rostro, pero
si tenéis la suerte de no tener granitos, cicatrices, venas, ojeras muy
marcadas, etc… es un paso del que podríais prescindir.
Así mismo me gustaría destacaros
que podemos utilizar tantos correctores como necesitemos. Por supuesto, podéis
usar precorrector antes de la base para cubrir rojeces, otro par las ojeras
moradas y corrector después de la base para iluminar la zona: no hay porqué aplicar
sólo uno de ellos.
Hasta aquí el Paso 2 de la Guía
Básica de Maquillaje. Espero que os haya resultado útil y, como siempre, os
invito a que paséis por mi canal de youtube y os suscribáis si no queréis
perderos los vídeos que también voy subiendo por allí!
Me ha llamado la atención ese kit tan mono.
ResponderEliminarBesos!
no le doy nada de uso, me temo
EliminarMuy bien explicado. A mi me van los líquidos, porque sólo los uso en el contorno y otro tipo de texturas, en esa zona, se me hace pesada.
ResponderEliminarUn besito.
Muy buen post. Todo bien explicado. Gracias y un beso :) Por cierto, estoy de sorteo. Anímate.
ResponderEliminargracias!
EliminarUna guía maravillosa, yo por suerte no tengo anda que corregir, pero adoro iluminar la ojera con corrector
ResponderEliminarUn besito guapa :)
entonces eres de las mías jaja
EliminarUna entrada muy completa.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención el kit de everydays mineral.
¡Un beso!
mira que no lo uso nada de nada
EliminarSoy de utilizar amarillentos o anaranjados por el tema ojeras. Con los verdes nunca me he llevado nada bien.
ResponderEliminar¡Un besote!
yo soy fan de los verdes por mi acné jeje
EliminarYo precorrectores utilizo muchísimo el verde, porque tengo muchas marcas y rojeces en la piel. Creo que me sale más a cuenta comprar una prebase verde. Para las ojeras, utilizo ese "rosado" de la paleta de correctores de Catrice o un corrector volor piel normalito. Me apunto lo de usar brochas tupidas para la zona de la ojera.
ResponderEliminarUn beso, guapa :)