Es importante que a la hora de
maquillarnos diferenciemos entre polvos bronceadores y polvos de contorno,
porque aunque pueden parecer lo mismo no lo son. Ni los acabados son los mismos
y ni siquiera se aplican en las mismas zonas del rostro, así que hoy nos vamos
a centrar en esta Guía Básica de Maquillaje en los polvos bronceadores (o
polvos de sol o bronzers) únicamente.
Los polvos bronceadores nos
sirven para aportar un efecto bronceado de forma natural, por lo que debemos
aplicarlos en las zonas donde nos daría el sol de manera natural, es decir, en
las partes más prominentes de nuestro rostro, las más voluminosas, como pueden
ser encima de los pómulos, en la frente, el puente de la nariz e incluso la
barbilla. También hay quien lo aplica de forma sutil por toda la cara aunque
considero que queda más real si sólo incidimos en ciertas zonas.
De hecho, si lo queremos, podemos
prescindir del colorete e incluso el iluminador si nos hemos aplicado polvos de
sol, porque la zona de la mejilla ya va maquillada con cierto tono tostado y,
además, suele contener destellos que nos aportan algo de luminosidad a la zona.
A diferencia de los polvos de
contorno, que preferiblemente deben ser de acabado mate, los polvos de sol
suelen tener un acabado más irisado y con esos destellos que os mencionaba, lo
que ayuda a crear ese efecto bronceado en la piel.
En cuanto a las texturas, como
con casi todos los productos, encontramos bastante diversidad, pero predominan
los polvos bronceadores en polvo, en crema o en mousse. En las imágenes sólo os
puedo enseñar polvos compactos que son los únicos que yo tengo, pero podéis
echar un vistazo por Internet para encontrar otras texturas. En especial destacan
los Soleil Tan de Chanel.
Suelen ser bastante pigmentados
así que es mejor ir aplicando poco a poco producto e ir modulándolo a nuestro
gusto. Para que quede un aspecto más real yo os recomendaría además usar una
brocha bastante grande, con los pelos algo sueltos, que deje el producto muy
bien difuminado. Aplicaríamos producto desde el centro hacia el exterior, de
tal manera que vaya quedando más difuminado en los bordes.
Para que resalten en nuestra piel
deben ser algo más oscuros que nuestro tono natural pero tened cuidado en este
aspecto y no abuséis en exceso de la intensidad de color para parecer más
morenas porque no conseguiréis que quede un aspecto natural de “besada por el
sol”. Si tu piel es muy clara opta por un tono tostado sutil y si ya eres algo
morena de por sí puedes escoger un polvo algo más oscuro. La teoría nos dice
que como mucho deben ser dos tonos más oscuros que tu color de piel.
Obviamente podéis aplicarlo en
cualquier época del año para dar ese tonillo más bronceado en la piel, pero yo
suelo abusar mucho más de ellos durante el verano porque creo que dan un
aspecto precioso a la piel cuando ya de por sí está ligeramente más morena.
Y hasta aquí el quinto paso de
esta guía básica de maquillaje. ¿Soléis usar polvos de sol?
Te confieso que es el producto que menos uso de todos.
ResponderEliminarUn besito.
no lo necesitas jaja
EliminarUna maravillosa explicación, es de mis favoritos porque cambia mi cara completamente
ResponderEliminarUn besito guapa :)