En el octavo paso de esta Guía de
Maquillaje vamos a hablar de un producto que no lleva tanto tiempo en el
mercado como otros pero que ha sabido hacerse un hueco dentro del maquillaje,
llegando a convertirse en una auténtica obsesión para muchas de nosotras. Hoy
hablamos del adorado iluminador.
Los iluminadores sirven de
primeras para devolver luz a la piel, pero con ellos también podemos jugar a resaltar,
acentuar y dar volumen en zonas estratégicas de nuestro rostro. Gracias a ese
acabado irisado que tienen logramos esos efectos en nuestra piel.
El iluminador es el punto
contrario de los polvos de contorno que ya vimos en otro post (link Paso 6).
Con estos últimos lo que buscábamos era “hundir” y “disimular” ciertos rasgos
de nuestro rostro, pero con el iluminador conseguiremos el efecto contrario,
que es dar mayor volumen y potenciar visiblemente unas zonas frente a otras.
Por lo tanto, debemos aplicarlo
en zonas clave que queramos resaltar. Siempre en las que vosotras necesitéis
aportar más volumen, pero os dejo un guía básica de las zonas que solemos
iluminar: encima del pómulo (justo por encima de donde hemos aplicado el
colorete y en forma de C hacia el hueso de la ceja), en el tabique nasal o la
punta de la nariz y en el arco de cupido (o en todos los bordes del labio) para
dar un aspecto de labio más voluminoso.
En el maquillaje no hay una
ciencia exacta y os resalto siempre que debéis utilizar los productos como
mejor os funcionen a vosotras, así que igual esas zonas que os he señalado no
son las más idóneas para vosotras. Por ejemplo una persona con una nariz
prominente que no quiera que destaque más no debería utilizar iluminador en el
tabique nasal. También hay quien tiene poca barbilla y se da un punto de luz
ahí para aportar algo de volumen a la zona. En mi caso personal yo huyo del
iluminador en esa zona al tener bastante barbilla (y lo que hago es acortarla
con contorno) y, sin embargo, busco más volumen en la zona de la sien que la
tengo muy estrecha, por lo que suelo aplicar iluminador también ahí. Ya sabéis
que debéis conocer vuestro rostro y vuestras necesidades y gustos a la hora de
maquillaros.
Habitualmente los iluminadores
tienen una tonalidad dorada, pero hoy en día también encontramos iluminadores
rosados, plateados, asalmonados, blanquecinos e incluso multicolores. Los hay
que tornasolan dependiendo de cómo nos incida la luz, los hay incluso mates
dejando un aspecto muy natural… Hay cada vez más y más opciones con las que
jugar.
Las texturas que nos podemos
encontrar son en polvo, tanto compacto como suelto, en mousse, en textura
líquido o en crema con formato en stick, tipo gloss, o tipo esmalte… Si te
gusta ese efecto glow potente y el brilli brilli en tu rostro puedes aplicar
primero un iluminador en crema o líquido y encima de éste uno en polvo. Verás
cómo resalta aún más la iluminación en tu piel y también la duración será
mayor, ya que el producto en polvo queda aún más fijado.
También podemos encontrarnos
iluminadores correctores par la zona de la ojera o cremas iluminadoras para
todo el rostro. Pero son productos que quiero distinguir de los que hoy os
hablo en este post. Para mí tienen funciones diferentes. El corrector
iluminador nos ayuda a que la zona de la ojera se vea más despejada y limpia y
la crema iluminador nos aporta jugosidad y vida a toda la piel, no resalta sólo
puntos clave de nuestro rostro.
Las herramientas que podemos
utilizar son diversas. Para los productos líquidos o más grasos os recomiendo
usar los dedos o una esponja tipo beauty blender porque vais a lograr que se
funda muy bien el producto en vuestra piel, quedando muy integrado y natural. Y
para los iluminadores en polvo usaríamos una brocha de tamaño mediano. Van muy
bien las que tienen un corte de llama porque con la punta depositamos producto
en la zona que queremos y con el resto del pelo lo difuminamos bien. También
muchas personas optan por una brocha abanico pequeña. Pero si queremos que el
iluminador quede muy llamativo y no nos importa que sea muy evidente podemos
optar por brochas como las que os muestro en la parte inferior de la imagen: en
forma de abanico pero mucho más densa, que coja mucho producto.
Desde luego que el iluminador ha
marcado un antes y un después a la hora de maquillarnos. No sólo por el
visagismo que podemos hacer con él, si no por lo bonita y viva que deja la piel
también. ¿Vosotras sois amantes de los iluminadores? ¿Os gustan más naturales o
que se os vea la luz a kilómetros?
Sin duda, uno de mis productos favoritos en un maquillaje elaborado. ¡Este paso sí que no me lo salto!
ResponderEliminarBesitos.
somos iguales! jeje
EliminarEl iluminador es algo imprescindible para mí. Suelo usar más los de textura polvo, pero reconozco que como se integra uno cremoso es difícil encontrarlo en esa otra textura, aunque los hay!
ResponderEliminarBesos!
nos los pondríamos todos a la vez jeje
EliminarTengo pendiente ese de The Balm, tantas reseñas buenas tienen que ser por algo! Besos!
ResponderEliminarufff es precioso!
EliminarTengo que animarme con este producto. Normalmente no uso ni iluminador ni contorno. Todo será cuestión de practicar!
ResponderEliminarUn beso, guapa :)
eso es!
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