La papelera de productos
terminados va llenándose cada vez antes, así que toca hacer un nuevo repaso de
los productos que he acabado últimamente. En esta ocasión dejamos aparcado el
maquillaje y nos centramos en cosmética de rostro exclusivamente.
Productos para el desmaquillado
nunca faltan y, normalmente, suelen ser los mismos porque repito una y otra
vez. Pero hoy vamos a variar un poco. En primer lugar os enseño el gel limpiador facial Skin Cleanser de
NutriBiotic. Os reconozco que no lo he usado para limpiar el rostro por las
mañanas como hacía antes porque ya tiene mucho tiempo y me daba miedo algún
tipo de reacción en la piel, así que lo he usado como jabón para limpiar los
discos reutilizables una vez me he desmaquillado y ayudaba bastante en su limpieza.
Pero recuerdo que su función de limpieza del rostro la cumplía. Es un gel que
no hace espuma pero que sí notas cómo arrastra la suciedad generada. Era muy
respetuoso para las pieles sensibles.
El agua micelar de Garnier siempre aparece porque me gusta usarlo como
primer paso de mi desmaquillado de rostro. He llegado a usarlo sólo en
circunstancias en las que apenas iba maquillada pero si voy más “recargada”
necesito otro paso extra para que elimine el cien por cien de todo el
maquillaje.
Para los ojos en esta ocasión os
muestro el desmaquillante bifásico de
Ziaja. No había el de Garnier cuando necesité reponer y me animé de nuevo
con éste del que recordaba tener buena experiencia. Y no me he equivocado.
Funciona de maravilla, tanto que igual hasta repito más menudo con él. Lo que sí me ha parecido es
que me ha durado menos tiempo (o yo me he maquilado y desmaquillado más
últimamente…) Tiene un precio muy bueno y es muy recomendable.
Como os comentaba antes, yo hago
una doble limpieza del rostro y ésta consiste en añadir un segundo
desmaquillado con alguna manteca o producto similar. He terminado un par de
ellas y os cuento mis impresiones. La primera es la loción limpiadora nutritiva
de manteca de la gama Nutri Focus de Douglas. Os hablé de ella en un post
de rutina y ya os comenté que su textura tan aceitosa al emulsionar con agua me
resultaba muy incómoda de aclarar. No me parece mal producto en cuanto a
efectividad pero no repetiría porque no la siento tan agradable y práctica como
otras.
La otra que he finalizado pero
que, por el contrario, sí me ha encantado es la manteca desmaquillante de camomila de The Body Shop. Solía
guardarla para viajes por el formato tan cómodo que tiene pero en vistas de lo
poco que estaba viajando durante este último año decidí terminarla para que no
se estropeara. Sólo tienes que coger un poco de producto con los dedos y, a
círculos, extenderla por el rostro para que se convierta en una especie de
aceite (no tan untuoso como el anterior) que ayuda a retirar y deshacer el
maquillaje. Luego hay que aclararlo con agua pero en ese caso no es algo
dificultoso como con la de Douglas. Es súper eficaz incluso con el maquillaje
de ojos.
Y en tercer lugar podéis ver en
la latilla restos del disco
desmaquillante reutilizable “7 to 3” de Lush, que ya visteis en su
correspondiente haul. No repetiría con él porque realmente “intacto” sólo me
duró una semana, después se iba rompiendo a trocitos y se hacía imposible
desmaquillarse con él. Además, tampoco lo veo muy higiénico porque tras su uso
no conseguía limpiarlo al cien por cien. El rostro me lo desmaquillaba bien
pero para los ojos se quedaba muy corto. Por todos estos defectos, además de
que salía muy caro para lo poco que ha durado, es un producto con el que no
repetiré jamás pese a que el concepto me gustaba mucho.
Me he aficionado a los sérums
faciales y os lo demuestro acabando no uno, si no dos. El último que ha
finalizado es el sérum Booster
hidratante 72h de la línea que contiene ácido hialurónico de Dermolab. Era un sérum que
proporcionaba gran hidratación (hasta 72 horas nos dicen) a la vez que combatía
los signos visibles del envejecimiento en la piel. Aunque se podía usar como
tratamiento por sí solo, como prebase de maquillaje para aumentar du duración o
mezclándolo con nuestra hidratante, yo sólo lo he hecho de la primera forma y
me ha gustado mucho la sensación de frescor y calma que me aportaba. Además, se
absorbía rápido y no dejaba sensación pegajosa. Pero lo más notable es que la
piel estaba hidratada todo el día. No os aseguro lo de las 72 horas porque yo
me reaplicaba día a día y no he comprobado este dato (aún así me parece
exagerado).
El otro que he acabado, y que
también me ha ido muy bien, es el Sérum
Diurno de Vitamina C y E de Yeouth. Con él no sólo hidratábamos el rostro,
si no que también conseguíamos mejorar el tono y la textura. Mientras lo usaba
tenía la piel en muy buen estado. Éste sí me la dejaba algo más pegajosa pero
una vez asentado podía aplicar mi crema sin problemas.
En cuanto a cremas faciales os
voy a mostrar tres acabadas. Bee Venom
Cream de Beuty Concept la usaba tanto de día como de noche, aunque preferí
dejarla luego para la rutina nocturna porque su textura era algo densa y por
las mañanas prefiero algo más ligero. De hecho la notaba más nutritiva que
hidratante. Es una crema que trata de revitalizar y renovar la piel dando un
aspecto natural y joven y considero que sí lo ha cumplido en mi caso.
La crema más ligera que incluí
por las mañanas es precisamente el Gel
Ultra Hidratante 72 horas de Dermolab. Su textura gel era una gozada de
aplicar y me dejaba un efecto refrescante sobre el rostro muy agradable. Está
destinada a pieles normales a mixtas y, personalmente, para mi piel mixta –
grasa iba genial. Tened en cuenta si vuestra piel es seca cuando hablo de mi
experiencia. Ésta también contenía ácido hialurónico multimolecular y era
anticontaminación, como el sérum de que os he hablado anteriormente de la línea
de cosmética de Deborah Milano.
Y una tercera crema facial
terminada es el protector solar para
pieles sensibles, normales o mixtas de Avène. Lo único que me ha terminado
de convencer de este producto es que es SPF50+ y me ha protegido de los rayos
solares en ese sentido, pero era incómodo de aplicar: denso, difícil de
extender, dejaba la cara blanca… No repetiría con él.
Termino hablándoos también de dos
contornos de ojos. El primero es Wonder
Eye Cream de Balance Me, un tratamiento para el cuidado de los ojos
hidratante, iluminador y calmante diseñado para tratar las sombras oscuras,
reafirmar la piel y reducir la hinchazón. Será que no preciso tratar tantos
aspectos en esa zona porque es un contorno que me ha dejado bastante
indiferente. No lo he notado especialmente hidratante y es lo que más busco
para la zona, así que no me ha llamado mucho la atención.
Son embargo, la crema de contorno de ojos y labios efecto
lifting de Dermolab me ha resultado mucho más fresca y me dejaba ambas
zonas más suaves y lisas. La textura era ligera y cómoda de aplicar tanto en el
contorno de los ojos como en el de los labios, zona en la que nunca había usado
un producto específico.
Ya tengo más productos acabados
de “ducha”, así que en breve tendréis otro post similar y espero que os
resulten útiles para conocer mi opinión final sobre ellos. Me encantará saber
vuestra experiencia si los habéis probado porque puede ser diferente y aportar
algo nuevo a quien esté leyéndonos.